Las grises perspectivas que se vislumbran en el futuro de Venezuela como proveedor seguro de petróleo hacia EEUU, deben ser tomadas en cuenta por los demás países productores de la región, y Colombia no es la excepción.
Venezuela
exporta un aproximado de unos 750kb/d
hacia los Estados Unidos lo
que representa un 7% de
sus importaciones
de crudo, unos
cercanos 300kb/d a la India, y a China otra buena parte de crudo y de
los cuales no recibe contraprestación monetaria efectiva alguna, por
tratarse de un pago de deuda, además del petróleo que por concepto
de convenios de Petrocaribe el país ofrece a una docena de islas del
Caribe de las cuales tampoco recibe pago en metálico
que le permita saldar cuentas o ingresarlo en los libros contables
del Estado.
Mucho
se rumora de un posible bloqueo de parte del gobierno norteamericano
a las importaciones petroleras provenientes de Venezuela, de llegar a
concretarse este escenario Estado Unidos tendría un déficit que
requeriría ser solventado a la brevedad posible, y si bien es cierto
que los planes de contingencia de este prevean echar mano de las
reservas estratégicas energéticas que este país posee para
solventar estas falencias, también es cierto que el uso de estas
restringen el potencial exportador que ha desarrollado desde hace
unos pocos años, para enfocarse en solventar estos nuevos
requerimientos, su poder de influencia hacia sus nuevos clientes se
vería disminuido, significando también un retroceso en sus
políticas exteriores que siempre van ligadas a lo comercial como
herramienta de control.
¿Y qué tiene que ver Colombia con esto?
Desde el año 2003 Colombia ha sacado provecho, consciente
o inconscientemente, de las desgraciadas políticas petroleras que,
tanto Hugo Chávez, como su sucesor Nicolás Maduro, han
implementado, propiciando una creciente y forzada migración de
expertos petroleros altamente especializados hacia Colombia, que han
ayudando durante más de una década, al advenimiento de una bonanza
que pocos se hubieran atrevido a soñar antes de finalizar el siglo
XX, ya que la producción, reservas, y los niveles de exportaciones
habían caído a consecuencia del agotamiento de los yacimientos, la
falta de descubrimientos de nuevos campos de importancia, la falta
de exploración de nuevas zonas potencialmente productivas, escasa
inversión y falencias en la experticia técnica de los trabajadores
petroleros colombianos para explotar yacimientos de crudos pesados u
operar aguas afuera.
En
tal sentido ha sido positivo este ingreso de capital humano para la
industria colombiana, porque le permitió aumentar su producción, su
nivel de preparación técnica, su reservas y los niveles de
exportación de una manera significativa, que los ha llevado a
plantearse seriamente el papel de país exportador de petróleo, y
esto lo confirman sus números.
¿Cual es el peso de la actividad petrolera colombiana?
Colombia
exporta en la actualidad un promedio de 700Kb/d
entre crudo y refinados a Panamá, México, Barbados y Estados
Unidos siendo cerca de un 4% de sus importaciones petroleras,
mostrando una vocación exportadora de interés.
En
una entrevista para la revista Dinero a comienzos de este año el Sr.
Felipe Bayón, presidente de Ecopetrol señalaba que el año 2017
había sido significativo para la empresa ya que superaron la baja en
los precios del petróleo con eficiencia y disciplina, acotando
además, algo muy revelador: “Estamos
preparados para aprovechar las oportunidades que se presenten, esto
nos permitirá posicionarnos mejor para hacer crecer nuestra
operación”. Lo
que demostraría que la empresa podría sacar ventaja del escenario del bloqueo y
la disminución de la cuota que Venezuela provee a EEUU y la
consecuente apertura a la ampliación de la participación de Ecopetrol en el mercado americano para solventar estos
requerimientos.
Esta
preparación se evidencia en las cifras de inversión, las cuales la
compañía prevé que crezcan en un 55% para este año, llegando a
ascender a 4,000 millones de dólares, los segmentos de exploración
y producción aspiran a que tengan un aumento de 1,000 millones de
dólares con respecto al año 2017, destinando más del 85% de su
presupuesto a estas actividades, lo que se materializaría con la
perforación de mas de 620 pozos de desarrollo, 12 exploratorios, la
activación de 28 taladros, 16 más que el año pasado, y la
adquisición de 41mil kilómetros de estudios de sísmica.
Además
Ecopetrol ha mostrado significativos avances en sus operaciones con
la disminución de sus precios de producción en un 8% y el aumento
de la reposición de reservas en un 126%, aumentando su factor R/P a
7,1 años, encontrándose sus reservas en 1,659 millones de barriles.
¿Cómo se ve el mercado mundial este año?
Las
previsiones por parte de la OPEP y otros organismos energéticos
estiman que la demanda mundial para este año subiría en 1,59
millones de barriles diarios, posibilitando un aumento de precios en
el corto plazo, que bien podrían encontrarse entre los 45 y 65
dólares por barril en el 2018.
Así
es que se sirve la mesa para Colombia para que dentro de un aumento
de demanda por parte de EEUU, este este quien le supla sus
necesidades inmediatas lo que traería un nueva bonanza, a tan solo 5
años del hito del millón de barriles de producción, esta vez no
solo por un aumento, esta vez más moderado de los precios del
barril, sino también por el aumento de producción y compra del
producto extraído por parte de un cliente que paga puntual y
seriamente.
Nuevamente
se presentaría un escenario de ganancia para Colombia y de gran
pérdida para Venezuela lamentablemente, el tiempo dará su veredicto.
imagen: Sunoticiero.com

