lunes, 9 de abril de 2018

¿COLOMBIA SERÁ FICHA EN EL ENROQUE PETROLERO SURAMERICANO?


Las grises perspectivas que se vislumbran en el futuro de Venezuela como proveedor seguro de petróleo hacia EEUU, deben ser tomadas en cuenta por los demás países productores de la región, y Colombia no es la excepción.

Venezuela exporta un aproximado de unos 750kb/d hacia los Estados Unidos lo que representa un 7% de sus importaciones de crudo, unos cercanos 300kb/d a la India, y a China otra buena parte de crudo y de los cuales no recibe contraprestación monetaria efectiva alguna, por tratarse de un pago de deuda, además del petróleo que por concepto de convenios de Petrocaribe el país ofrece a una docena de islas del Caribe de las cuales tampoco recibe pago en metálico que le permita saldar cuentas o ingresarlo en los libros contables del Estado.

Mucho se rumora de un posible bloqueo de parte del gobierno norteamericano a las importaciones petroleras provenientes de Venezuela, de llegar a concretarse este escenario Estado Unidos tendría un déficit que requeriría ser solventado a la brevedad posible, y si bien es cierto que los planes de contingencia de este prevean echar mano de las reservas estratégicas energéticas que este país posee para solventar estas falencias, también es cierto que el uso de estas restringen el potencial exportador que ha desarrollado desde hace unos pocos años, para enfocarse en solventar estos nuevos requerimientos, su poder de influencia hacia sus nuevos clientes se vería disminuido, significando también un retroceso en sus políticas exteriores que siempre van ligadas a lo comercial como herramienta de control.


¿Y qué tiene que ver Colombia con esto?

Desde el año 2003 Colombia ha sacado provecho, consciente o inconscientemente, de las desgraciadas políticas petroleras que, tanto Hugo Chávez, como su sucesor Nicolás Maduro, han implementado, propiciando una creciente y forzada migración de expertos petroleros altamente especializados hacia Colombia, que han ayudando durante más de una década, al advenimiento de una bonanza que pocos se hubieran atrevido a soñar antes de finalizar el siglo XX, ya que la producción, reservas, y los niveles de exportaciones habían caído a consecuencia del agotamiento de los yacimientos, la falta de descubrimientos de nuevos campos de importancia, la falta de exploración de nuevas zonas potencialmente productivas, escasa inversión y falencias en la experticia técnica de los trabajadores petroleros colombianos para explotar yacimientos de crudos pesados u operar aguas afuera.

En tal sentido ha sido positivo este ingreso de capital humano para la industria colombiana, porque le permitió aumentar su producción, su nivel de preparación técnica, su reservas y los niveles de exportación de una manera significativa, que los ha llevado a plantearse seriamente el papel de país exportador de petróleo, y esto lo confirman sus números.


¿Cual es el peso de la actividad petrolera colombiana?

Colombia exporta en la actualidad un promedio de 700Kb/d entre crudo y refinados a Panamá, México, Barbados y Estados Unidos siendo cerca de un 4% de sus importaciones petroleras, mostrando una vocación exportadora de interés.

En una entrevista para la revista Dinero a comienzos de este año el Sr. Felipe Bayón, presidente de Ecopetrol señalaba que el año 2017 había sido significativo para la empresa ya que superaron la baja en los precios del petróleo con eficiencia y disciplina, acotando además, algo muy revelador: Estamos preparados para aprovechar las oportunidades que se presenten, esto nos permitirá posicionarnos mejor para hacer crecer nuestra operación”. Lo que demostraría que la empresa podría sacar ventaja del escenario del bloqueo y la disminución de la cuota que Venezuela provee a EEUU y la consecuente apertura a la ampliación de la participación de Ecopetrol en el mercado americano para solventar estos requerimientos.

Esta preparación se evidencia en las cifras de inversión, las cuales la compañía prevé que crezcan en un 55% para este año, llegando a ascender a 4,000 millones de dólares, los segmentos de exploración y producción aspiran a que tengan un aumento de 1,000 millones de dólares con respecto al año 2017, destinando más del 85% de su presupuesto a estas actividades, lo que se materializaría con la perforación de mas de 620 pozos de desarrollo, 12 exploratorios, la activación de 28 taladros, 16 más que el año pasado, y la adquisición de 41mil kilómetros de estudios de sísmica.

Además Ecopetrol ha mostrado significativos avances en sus operaciones con la disminución de sus precios de producción en un 8% y el aumento de la reposición de reservas en un 126%, aumentando su factor R/P a 7,1 años, encontrándose sus reservas en 1,659 millones de barriles.

¿Cómo se ve el mercado mundial este año?

Las previsiones por parte de la OPEP y otros organismos energéticos estiman que la demanda mundial para este año subiría en 1,59 millones de barriles diarios, posibilitando un aumento de precios en el corto plazo, que bien podrían encontrarse entre los 45 y 65 dólares por barril en el 2018.

Así es que se sirve la mesa para Colombia para que dentro de un aumento de demanda por parte de EEUU, este este quien le supla sus necesidades inmediatas lo que traería un nueva bonanza, a tan solo 5 años del hito del millón de barriles de producción, esta vez no solo por un aumento, esta vez más moderado de los precios del barril, sino también por el aumento de producción y compra del producto extraído por parte de un cliente que paga puntual y seriamente.

Nuevamente se presentaría un escenario de ganancia para Colombia y de gran pérdida para Venezuela lamentablemente, el tiempo dará su veredicto.

imagen: Sunoticiero.com


sábado, 7 de abril de 2018

Mi observación sobre el artículo "De aguacates y de hidrocarburos" de Mauricio Botero en la Revista Dinero

 De aguacates y de hidrocarburos

Racional, realista y verídica visión sobre el tema de la sustitución alocada, en lo inmediato, de la producción petrolera con cultivos, en un país ya de por sí bastante avocado a la producción agrícola, y a la multiplicidad de rubros, como lo pretende Petro. En algo estoy en total desacuerdo con el Sr. Botero, el petróleo como factor de locomoción no está para nada cerca de desaparecer, y mucho menos en el cortísimo plazo de 20 años, y aún así, si por una causa mágica o técnica, hoy se dejara de usar el petróleo para locomoción, solo haría falta mirarse a un espejo y ver que de pies a cabeza estamos imbuidos de subproductos del petróleo que definen nuestra vida moderna, si no me cree, véase y pregúntese, ¿mis zapatos de que están hechos?, la computadora de la que están leyendo esta nota ¿qué materiales contiene? esa camisa que visto, que colores tan radiantes posee ¿de donde viene ese pigmento o de que material esta confeccionada? Entonces podemos ver la dimensión real de lo que los hidrocarburos hacen por nuestra comodidad o modernidad.

Alguien puede decir, hay plásticos naturales sin petróleo, y los carros eléctricos se están masificando, y ya se están encontrando sustitutos para tales o cuales materiales, y si es muy correcto, pero ¿cuanto tiempo hará falta para que sean formas viables, factibles y comerciales como para que compitan con los derivados de los hidrocarburos? no son unos pocos años, cuidado y no unos cientos, y si tomamos en cuenta que aún hoy hay países que desconocen el poder de locomoción con motores de combustión interna, por que los hay, mas larga será la transición hacia tecnologías que son más limpias pero también más costosas, y aquí mi amigo lector lo que vale es el mercado, así de simple y muy al pesar de los ecologistas a ultranza.