Lic Jairo Cano.
Politólogo, Especialista en Política y Comercio Petrolero Internacional
Ya a comienzos
del Siglo XX Arturo Uslar Pietri esbozaba lo que para aquel entonces parecía más
filosofía económica que augurio premonitorio, era el delicado problema de
encontrarle propósito a las ingentes cantidades de dinero que empezaban a
brotar de la actividad rentística del petróleo, como oráculo, que sufrió por su
propia revelación, Uslar vio como el boom petrolero no sirvió en mayor medida
para lograr el acometido de diversificar y fortalecer el aparato productivo
nacional en vísperas del agotamiento de la fuente de riqueza petrolera.
En sus múltiples alocuciones se notó la preocupación por el
giro que vivió venezuela de ser un país agrario y con sólidas cuentas,
disciplina fiscal envidiable, exportador de café, pieles, arroz etc, a convertirse en un país casi monoproductor,
víctima su economía y de los vaivenes de los mercados internacionales de la
energía.
Adelantado en
más de 50 años a lo acontecido en muchos países que se ven “bendecidos” por la
explotación de algún recurso proveniente de la tierra y que hoy es explicado
como la enfermedad Holandesa, daba esbozos sobre lo que podría ocurrir con
nuestro país. Holanda se vió repentinamente inundada de la riqueza que los
yacimientos de gas le proveyeron, relegando a un segundo plano el resto de su
economía y enfocándola al nuevo negocio, sus finanzas comenzaron a
desmoronarse, el peso de su moneda y su sector productivo tradicional se
desarticuló, muchos negocios migraron hacia las exorbitantes ganancias
petroleras, dejando al país vulnerable y dependiente de los productos que antes
ellos mismo producían.
Encontrar
similitudes entre el fenómeno holandés y la actual situación venezolana no es
muy difícil, en realidad es la misma raíz, es el mismo trasfondo, lo diferente
que se puede observar es que Holanda y muchos otros países salieron de estos
escollos económicos cambiando su mentalidad al respecto del ingreso adicional,
creando fondos especiales que se destinan a propósitos diferentes al del
financiamiento del Estado, han creado redes solidas de inversión en capitales a
futuro como educación o infraestructura que en el momento en que se agoten los
recursos rentísticos pueden generar recursos por sí mismos.
En países
vecinos como Colombia la bonanza económica reciente con precios por barril de
petróleo superiores a 100$, poco ha venido a generar crisis como la holandesa,
ya que como ellas no poseían una explotación petrolera significativa su
producción tradicional lejos de disminuirse se acrecentó, nuestro vecino posee
una estabilidad económica envidiable y una producción agrícola sumamente
extensa y variada lejana a impactos inflacionarios por debilidad de su moneda,
que sirve de ejemplo de lo que Uslar muchas veces sugirió, la diversidad
económica como una medida para evitar muchas enfermedades, Holanda lo aprendió,
ahora nos falta a nosotros.
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